Aunque creas que pareces cruel, intenta seguirlas al menos una vez.
Ay, qué difícil es ser mamá, sobre todo cuando los hijos quieren algo y cómo decirles que no. Porque seguro empiezan con un griterío que termina en un berrinche descomunal. Entre que quieres evitarte la pena porque tu hijo no guarda silencio y no sabes cómo controlar la situación, cuando menos piensas terminas cediendo a su capricho… ¡Es horrible!
Pero… ¿Sabías que al final de cuentas aceptar sus términos sólo provocas que sea poco tolerante al a frustración? Es por eso que en ocasiones ser firme en nuestras respuestas ayuda mucho.
Pon en práctica estas frases para que tus hijos dejen de hacer berrinche:

- “Preguntaste y ya te respondí”: Es una respuesta automática pero los niños en algún punto se aburren de escucharte la misma frase. Además, estás reforzando tu decisión. Aquí te va el caso:
- Hijo: ¿Mamá, puedo llevármelo?
- Mamá: “No mi amor”
- Hijo: “Pero mamá, no lo tengo”
- Mamá: “Preguntaste y ya te respondí”
- Hijo: “Nunca me dejas tener lo que yo quiero”
- Mamá: “Preguntaste y ya te respondí.”
- «No pienso discutirlo ya»: En esta, la clave está en por decirlo así, en aplicar la “ley del hielo” o sea, en cuanto respondes y muestras tu postura no discutir. No estás alzando la voz y en un principio le explicas las razones por las que tu respuesta es NO. Si se muestra insistente no tendrás que engancharte. Ejemplo:
- Hija: “¿Puedo comer postre?”
- Mamá: “No, necesitas acabar primero tu comida.”
- Hija: “Por favor…”
- Mamá: “No está a discusión.”
- Hija: “Pero mamaaaá”
- Silencio.
Tal vez te mirará feo, pero sólo sonríe amablemente y continua en tus actividades…
- “Fin de la discusión”: Esta es una clásica pero que se sigue poniendo en práctica.
- Hija: “¿Puedo salir a andar en bicicleta?”
- Mamá: “No, está lloviendo.”
- Hija: “Pero sólo está chispeando… y me puedo cubrir.”
- Mamá: “No… fin de la discusión.”
- Hija: “Pero por favoooor”
- Mamá: “Preguntaste y respondí.”
- “Ya tomé una decisión; si continúas insistiendo habrá una consecuencia”: Nunca falta que tu hijo sea un poco insistente; pero al final tú eres la última que toma las decisiones: enseñar a tus hijos que sus actos pueden traer consecuencias es fundamental. Los haces conscientes de sus decisiones y como no elegir bien puede ser contraproducente. Ejemplo:
- Hija: “¿Puedo jugar con el iPad?”
- Mamá: “No mientras estemos comiendo.”
- Hija: “Pero sólo es tantito.”
- Mamá: “Ya tomé una decisión, si continúas insistiendo habrá una consecuencia.”
- Hija: “Pero sólo es tantito”
- Mamá: “Lo siento, ahora no jugarás con ella toda la tarde.”